Al comparar ambas opciones, el lado más ecológico se inclina casi inequívocamente hacia el recubrimiento en polvo.
El "olor" de la pintura es, en realidad, su mayor inconveniente medioambiental.—compuestos orgánicos volátiles (COV). Durante la aplicación, 30%–El 60% de los disolventes se dispersarán en el aire, convirtiéndose en precursores del ozono y las PM.2.5, lo que provoca un olor penetrante y daños al medio ambiente. Incluso al cambiar a pinturas al agua, estas siguen conteniendo un 5 % de [producto/servicio/etc.].–Contiene un 15% de COV y el proceso de secado requiere un coste energético adicional.
Por otro lado, el recubrimiento en polvo se presenta como una alternativa de "cero emisiones": compuesto de polvo 100% sólido, se adsorbe electrostáticamente y luego se cura a altas temperaturas, liberando prácticamente ningún COV durante todo el proceso. El polvo sobrante se recicla completamente mediante el sistema de recuperación, alcanzando una tasa de reciclaje de hasta el 99% y generando casi cero residuos. A lo largo de su ciclo de vida, sus emisiones de carbono son del 30%.–un 50% inferior al de las pinturas tradicionales a base de disolventes, y genera 4–6 kgs menos CO₂equivalente por metro cuadrado, lo que conlleva de hecho una "bonificación en efectivo incorporada" en los mercados de comercio de carbono.
Por supuesto, el recubrimiento en polvo requiere electricidad para el calentamiento, pero su temperatura de horneado de 180–200℃ es significativamente inferior a los 230℃ estándar para pinturas fluorocarbonadas. Además, con la adopción de nuevas tecnologías de curado infrarrojo, el consumo de energía sigue disminuyendo. En cambio, las pinturas no solo contaminan a través de disolventes, sino que también requieren equipos adicionales de postratamiento, como cabinas de cortina de agua, filtros de carbón activado y oxidadores térmicos regenerativos (RTO), lo que incrementa aún más el consumo de energía.
Por lo tanto, si la protección del medio ambiente es una cuestión fundamental, el recubrimiento en polvo ya ha dado su respuesta de antemano: cero COV, altas tasas de reciclaje y bajas emisiones. Incluso el último límite de COV de la UE, de 50 g/L, no supone ninguna amenaza para este material. Sin embargo, las pinturas siguen en la cuerda floja.—A menos que logren eliminar por completo los disolventes en el futuro, el recubrimiento en polvo ya ha tomado una ventaja significativa en la carrera medioambiental.

Por ejemplo, la máquina de recubrimiento en polvo compacta y ligera de Lvobo, modelo BO-MC26YX, destaca por su excepcional rendimiento. Esta máquina no solo ofrece resultados de recubrimiento de alta calidad, sino que también mejora la protección del medio ambiente gracias a su eficiente producción de polvo en lotes pequeños. Al minimizar el consumo excesivo de polvo, reduce significativamente los residuos y promueve la conservación de recursos. Además, su diseño de bajo consumo energético refuerza aún más sus beneficios ecológicos, convirtiéndola en una opción ideal para operaciones sostenibles.